En lugar de mostrar su foto sobre una alfombra roja o luciendo un vientre perfecto frente al espejo del gimnasio, Ana prefiere compartir la foto en la que aparece con ojeras, con una camiseta vieja o poniendo un gesto cómico con los ojos cruzados. Lo hace a propósito. “Pienso que así puedo caer mejor”, explica. “Me da menos vergüenza. Es como decir: ’Si con esta foto alguien me da match, ya hemos pasado una primera prueba”. Ana, que se dedica a la industria del cine y que en realidad no se llama así, aplica esta lógica tanto en redes sociales como en aplicaciones de citas. Y parece ser que no es la única.Una rápida búsqueda en internet lleva a hilos de Reddit dedicados a las citas. Allí pueden encontrarse multitud de testimonios similares, habitualmente relatados desde el lado “normal” de la pareja. Un usuario, por ejemplo, recuerda cómo su actual novia le atrajo desde el principio, pero que le desconcertaron las imágenes de su perfil en una aplicación para conocer gente: “La mayoría eran de ella sentada o con ropa holgada, así que no sabía muy bien qué esperar físicamente. Cuando la vi en persona me quedé boquiabierto. Resulta que evitaba a propósito subir fotos arreglada para no atraer a pesados”. “Pensé que era normal, pero resultó ser un modelo”, explica otra usuaria con una historia paralela.Más informaciónEsta práctica ha empezado a tomar cuerpo con un nombre que invierte el término clásico del engaño digital y que no es otro que reverse catfishing. Si el catfishing consiste en embellecer o falsear la propia identidad para resultar más deseable en internet, esta tendencia hace justo lo contrario. Es decir, las personas se presentan con un atractivo “menor” que el real (al menos según los cánones actuales). Utilizan fotos poco favorecedoras, biografías modestas o incluso ocultan logros o una situación económica desahogada con la idea de generar vínculos más auténticos y filtrar expectativas superficiales.”Las personas que hacen esto son las que tienen una mayor autoestima. Una tan robusta que no necesitan la aprobación social y buscan una conexión real”, asegura Nuria Jorba, psicóloga y terapeuta de pareja. Flashpop (Getty Images)La psicóloga y terapeuta de pareja Nuria Jorba, intentando explicar por qué algunas personas optan por hacer esto, considera el fenómeno como fruto de cierta solidez emocional: “Básicamente, las personas que hacen esto son las que tienen una mayor autoestima. Una tan robusta que no necesitan la aprobación social. No buscan gustar por lo que tienen, por su belleza o por lo que muestran, sino que buscan una conexión real”. Jorba lo considera toda una anomalía en el paradigma de seducción que predomina en las apps: menos de “tonteo” y más de “compartir”. La estrategia es clara: filtrar desde el primer momento. Quien se sienta atraído por un perfil anodino probablemente “lo que busca es un vínculo saludable. Y la otra persona, por su parte, ya tiene su propio yo muy trabajado, sabe quién es y no necesita que se lo confirmen”, afirma la psicóloga. Contra el desgaste del postureoEsta práctica parece nacer del hartazgo de la performance constante en la que viven muchas personas. En tiempos de hiperexposición digital, de perfiles trabajadísimos y filtros de todo tipo, practicar el reverse catfishing puede leerse como una respuesta generacional a la fatiga del postureo. Una forma de decir: basta de perfección. Cuando se crea un perfil en Bumble, Hinge o Tinder, los usuarios saben que tienen que realizar una presentación deseable del yo para ‘destacar’ entre sus ‘competidores’. Janina Steinmetz (Getty Images)Pero, al mismo tiempo, también parece un intento de volver a relacionarse con la atracción desde lugares menos predecibles. La psicóloga explica que este movimiento deriva, en su opinión, de que en nuestras sociedades se han generando dos grupos sociales muy diferentes: “Aquellos que buscan conexiones reales, autenticidad, que quieren conectar de verdad con alguien”, sostiene, “y luego otro grupo, que también está en auge, y cuyo objetivo es encajar a toda costa en el canon de belleza para encontrar la aprobación social. Necesitan ‘ser elegidos’, necesitan seducir”. ¿Una autenticidad performativa?Pero, ¿es posible mostrarse auténtico en un entorno como las apps de citas, donde todo (desde las fotos hasta la frase en la biografía) es inevitablemente performativo? Una investigación publicada en 2022 por los investigadores Carolina Bandinelli y Alessandro Gandini, bajo el título Dating Apps: The Uncertainty of Marketised Love (Aplicaciones de citas: la incertidumbre del amor mercantilizado, en español), señala que, cuando creamos un perfil en Bumble, Hinge o Tinder, inevitablemente nos convertimos en mercancía: “Los usuarios saben que tienen que realizar una presentación deseable del yo para ‘destacar’ entre sus ‘competidores”, escriben. En este sentido, el reverse catfishing no parece escapar de esta lógica. De hecho, es una forma más de diferenciarse. Ana, sin ir más lejos, admite que su estrategia no es completamente ingenua. En el fondo, sabe que hay algo calculado en elegir precisamente esas fotos: “Es como decir, sin decirlo, que soy divertida y que no me tomo muy en serio”. “Todo lo que se muestra en redes es postureo, sea más o menos planificado”, confirma Jorba. “La autenticidad está en la vida real, en el tú a tú. En el momento en que usas una aplicación para buscar pareja, ya estás aceptando un escenario en el que aparecen los miedos, y en el que prima la necesidad y la imagen”. El ‘reverse catfishing’ no está exento de contradicciones, no es tanto un signo de autenticidad sino una nueva forma de camuflaje emocional.Klaus Vedfelt (Getty Images)La experta señala que el reverse catfishing no está exento de contradicciones, no es tanto un signo de autenticidad sino una nueva forma de camuflaje emocional. Esa apariencia de honestidad puede enmascarar una identidad igual de construida que la de quienes intentan impresionar a los demás con fotos increíbles. La psicóloga recomienda otra forma de encontrar conexiones reales: “Lo que tenemos que hacer es trabajar primero en nuestro yo, y a día de hoy se trabaja muy poco y mal. Se dice ‘trabajar mi yo es satisfacer mis necesidades’. No. Trabajar mi yo es saber cuidarme, saber gestionarme emocionalmente, saber estar en soledad, saber cómo funciono, mis pros, mis contras, mis defectos, mis virtudes…”. Aunque Jorba reconoce que es un proceso largo y exigente. “Todo ese trabajo personal es muy largo, muy complejo y tardamos años en hacerlo”. ¿Cómo saber si es real?Queda una pregunta inevitable: ¿cómo distinguir entre quien realmente está buscando una conexión sincera y quien simplemente está interpretando el papel de persona sincera? “No hay señales objetivas o test que lo determinen”, reconoce Jorba. “Esto se ve por observación, por coherencia entre lo que la persona dice y hace. Al final, todo se descubre con el tiempo”. Por eso recomienda no precipitarse ni idealizar a nadie en las primeras citas. “Hay que darse margen. Ir conociendo poco a poco. No se puede saber en dos días si alguien busca una conexión real o si está jugando a parecer que sí”. Incluso hay quien lo hace por error. En Reddit, algunos usuarios relatan experiencias con personas poco fotogénicas que, sin proponérselo, hacían reverse catfishing de manera accidental. Parecían poco atractivas en fotos y resultaban deslumbrantes en persona. Así que no, el reverse catfishing no parece que vaya a ser la salvación de las plataformas para ligar. Sus usuarios tendrán que seguir, al menos por un tiempo, repitiendo eso de “las apps están fatal” mientras fantasean con un pasado (ya remoto) en el que las personas se conocían cara a cara, por casualidad. Y aun así, seguirán entrando cada día en ellas, con la esperanza de que quizá hoy sí ocurra la magia.

‘Reverse Catfishing’: por qué algunas personas se empeñan en mostrarse ‘online’ menos atractivas de lo que son | Estilo de vida
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