La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un hombre a 47 años y tres meses de prisión por abusos sexuales y agresiones a cinco de sus sobrinas, todas menores de edad. Los hechos ocurrieron en numerosas ocasiones entre 2014 y 2022 en el domicilio del procesado, Manuel C. C. y que cuenta con 55 años. Según la sentencia dictada por el tribunal, el hombre aprovechaba “la relación de parentesco” y la “inmadurez” de las niñas, así como el temor de estas “a las consecuencias que para su familia pudiera tener” si se revelaba lo que estaba pasando, de ahí que la conducta se prolongara en el tiempo. Una de las víctimas es sordomuda y otra tiene una minusvalía psíquica del 75% y retraso madurativo. A esta pena se le suman otros cuatro años de cárcel del mismo varón tras ser juzgado por abusos a otra sobrina, de 9 años, y que fue quien destapó el caso durante una sesión con su psicóloga, según adelantó SUR.La sentencia, de 35 páginas, relata el sufrimiento de las pequeñas y cómo Manuel C. C. solía actuar cuando ellas se quedan a dormir en su casa gracias a la estrecha relación que había en la familia, aunque también lo hizo durante las vacaciones que todos pasaban juntos. El primero de los casos ocurrió en 2014, cuando el procesado se quedó solo en casa con una de sus sobrinas, que entonces tenía 11 años. Según el relato de hechos probados, el hombre —que entonces tenía 45 años— la invitó a participar en un juego que consistía en subirla sobre su regazo para frotarse con su cuerpo. La niña se asustó y el acusado, entonces, le dijo que no debía contar nada porque era un juego. También le aseguró que “tenía un cuchillo muy grande y una pistola, que era gitano y no tenía inconveniente en usarlos, y que si decía algo, su madre iría a la cárcel”. Seis años después, durante otro día donde la menor se quedó a dormir en su casa, “le metió la mano por debajo de la camiseta” para tocarle los pechos, según la sentencia, en presencia de sus primas. Entre 2020 y 2022 abusó de otras de sus cuatro sobrinas. Una de ellas, que primero sufrió el abuso con 17 años y luego ya mayor de edad, es sordomuda. Durante, al menos, dos ocasiones —una en la vivienda del acusado y otra en una casa rural donde la familia pasaba usos días de descanso— se introdujo en su cama y, tras intimidarla, la manoseó y después la violó, “tapándole la boca para que no gritara llegando incluso a golpearla cuando mostraba su oposición a tales actos”, como recoge el tribunal. A otra de ellas, con 12 años y una minusvalía psíquica del 75% y un retraso madurativo, le metió la mano por el pantalón y las bragas, le tocaba los pechos “en numerosas ocasiones” y le cogía la mano para que agarrase su pene “a pesar de que la pequeña mostraba su oposición”. Ambos casos muestran similitudes a los que sufrieron otras dos niñas de 10 y 12 años cuando su tío le tocaba sus órganos sexuales e intentó penetrarlas. Miedo y vergüenzaEl tribunal destaca en la sentencia “la absoluta persistencia de todas las víctimas en su incriminación al procesado” durante sus declaraciones en dependencias policiales y, también, ante el juez. Una de ella subrayó entonces que en ocasiones no se negaba porque tenía miedo de que el hombre le agrediera —aseguró que recibió un puñetazo en la cabeza— y otras relataron las numerosas ocasiones en las que “eran manoseadas” por encima o debajo y de la ropa o que cuando se estaban duchando las solía mirar dejando la puerta entreabierta, además de que les decía continuamente que quería jugar a los médicos. El documento recoge que, en todos los casos, Manuel C. C. aprovechó que las víctimas eran sus sobrinas y que por ello solían dormir con frecuencia en su domicilio. También “la superioridad moral que tenía” no solo por su edad “sino por la relación de parentesco que las unías a ella y la inmadurez de las mismas que, por su corta edad la fecha de los hechos, la vergüenza que sentían y el temor a las consecuencias que para su familia pudiera tener la revelación de tales hechos callaron permitiendo que tal conducta se prolongara en el tiempo”. Por todo ello, Manuel C. C. ha sido condenado a 47 años y tres meses de prisión, además de la prohibición de acercarse a sus sobrinas o comunicarse con ellas durante un periodo que va de entre 14 y 22 años, según el caso. Además, deberá indemnizar a una de ellas con 20.000 euros por el daño moral causado, a otra con 15.000 euros y a las tres restantes con 8.000 euros a cada una. La condena se suma a otra de cuatro años dictada la pasada primavera contra el mismo acusado por otro abusar de otra sobrina.El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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