Once horas estuvo hablando, casi de corrido, la jueza 44 Penal del Circuito de Bogotá, Sandra Liliana Heredia, durante la lectura del fallo con sentido condenatorio parcial contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. El exmandatario fue declarado culpable de dos de los tres delitos imputados: soborno en actuación penal y fraude procesal, por al menos cinco de los siete hechos investigados.Durante la audiencia, una de las últimas del proceso en primera instancia —aún falta la lectura de la sentencia y la tasación de la pena, programada para este viernes 1.º de agosto a las 2:00 p. m.—, la jueza Heredia leyó apartes del fallo de más de mil páginas.Mientras se da lectura del fallo, simpatizantes del expresidente se hacen presentes en Paloquemao. Foto:MAURICIO MORENOEn ese lapso, lanzó duras críticas al abogado Diego Cadena, quien, según la tesis de la Fiscalía —acogida por su juzgado—, fue presuntamente enviado por el expresidente a buscar en las cárceles a exparamilitares para que torcieran su versión e incriminaran al senador Iván Cepeda en una cruzada de compra de testigos.Así mismo, cuestionó la estrategia de la defensa, que presentó tanto a Cadena como a otros presuntos emisarios como actores independientes que actuaron por cuenta propia en esa tarea. Y defendió al exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, considerado el testigo estrella del caso, quien, según dijo la jueza, “no cedió a las presiones y mantuvo su versión”.La diligencia arrancó con un monólogo sobre la independencia de la justicia y la magnitud del caso, el primero en esa instancia del proceso contra un expresidente. “Lo que este juzgado ha hecho desde el inicio es cumplir con su mandato constitucional. Pedimos respeto, pedimos sensatez, pedimos que este momento sea tomado con la altura que merece”, dijo la jueza Heredia durante los primeros minutos de la audiencia.Seguido a esta introducción, se dio uno de los momentos más controversiales: el aval de las interceptaciones “por error” de la Corte Suprema de Justicia al expresidente, que, según la defensa, son ilegales. La orden judicial estaba dirigida a rastrear al excongresista Nilton Córdoba Manyoma y, aun así, se continuó escuchando a Uribe y sus conversaciones, entre estas con el abogado Cadena, durante más de diez días.Simpatizantes del expresidente en el complejo judicial de Paloquemao Foto:MAURICIO MORENO“Sostener que es ilegal rastrear números que no estén asociados al proceso abriría un margen para debilitar la justicia. No puede afirmarse que esta actuación se haya hecho de mala fe, y el investigador judicial actuó debidamente”, dijo la jueza sobre el tema. “El secreto profesional no puede convertirse en una barrera para la justicia. El secreto profesional cede ante el interés superior de la justicia”, agregó.Igualmente, decidió aceptar en el proceso las grabaciones hechas con unos relojes espía, ingresados por Deyanira Gómez, esposa de Monsalve a la cárcel La Picota, para registrar las supuestas presiones que recibía de Cadena.La jueza, de igual forma, decidió apoyar las declaraciones de Monsalve.“Están respaldadas por pruebas documentales, registros de las cámaras del penal, chats de WhatsApp, entre otros, de los cuales se puede corroborar que sí hubo maniobras tendientes a su retractación”, aseveró. “Todas las pruebas reunidas permiten concluir que el testigo (Monsalve) no está faltando a la verdad, y que se ha querido confundir a la administración de justicia respecto al objeto de la investigación, que es determinar la responsabilidad del procesado”, añadió.Iván Cepeda y abogados de víctimas luego del juicio del expresidente Álvaro Uribe. Foto:Miltondiazfoto / El TiempoLa jueza repasó diferentes eventos, entre estos la intermediación de Carlos López, alias Caliche, en la cárcel de Neiva para lograr la retractación de Monsalve. En este contexto, criticó la estrategia de la defensa de querer presentar a estas personas como “ajenas” al los intereses del expresidente, que, según ha resaltado, “solo quería que se conociera la verdad”. “Este testimonio sigue el patrón de declarar ajenidad con el acusado, a quien la mayoría de testigos dicen no conocer directamente, pero sobre quien relatan una constante invocación a decir la verdad. Relatos que, en conjunto, parecen un libreto”. En este entramado, la jueza Heredia habló de una sistematicidad. “Se volvió una ocupación remunerada convertirse en testigo de este caso, pero no por los canales institucionales, sino de manera soterrada”.Frente al abogado Cadena, quien enfrenta un juicio paralelo por el mismo caso y está próximo a recibir sentencia por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal, la jueza fue particularmente dura. Habló de una subordinación del apoderado a los intereses del expresidente, quien —según dijo— se valió de su “incapacidad intelectual” para encomendarle una tarea que sus otros abogados, Jaime Granados y Jaime Lombana, a quienes calificó como “juristas respetados”, no habrían aceptado.“Acudió a cualquier estrategia, dentro o fuera del margen legal, para seguir siendo el abogado del expresidente”, dijo la jueza Heredia.Insistió en lo que llamó una puesta en escena para defender la inocencia del expresidente.“Ese afán por esconder la verdad generó en los testigos una distorsión de las remembranzas, difusas en los hechos recientes. Esas inconsistencias se erigen como un indicio de reconstrucción intencionada del relato”.Editores de #ELTIEMPO, analistas y actores Foto:Finalmente, al acusar al expresidente como “determinador” se refirió a una ceguera voluntaria para endilgar el dolo.”La ceguera voluntaria no puede ser razón para excluir el dolo”, dijo la jueza refiriéndose a Uribe.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

críticas a Diego Cadena y a la estrategia de defensa de Uribe
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