Bailar tiene muchos efectos positivos en el cuerpo y en la mente: fortalece el corazón, mejora la circulación sanguínea, ayuda a tonificar los músculos, reduce el estrés, libera endorfinas e incluso ayuda a mejorar las relaciones interpersonales. Ahora, una revisión y un metaanálisis recientemente publicados determinan que el baile, además, resulta igual de efectivo que el ejercicio en cuanto a los resultados psicológicos y cognitivos que produce. Esto significa que bailar puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con un estado inicial de párkinson, alzhéimer o con trastorno de déficit de atención e hiperactividad; y, también, contribuye a reducir la ansiedad y mejora los síntomas depresivos. “Igual que el ejercicio, la danza tiene un efecto positivo en las condiciones de salud mental”, señala Alicia Fong Yan, coordinadora del estudio e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Sídney (Australia).El análisis revela que realizar baile estructurado de cualquier género con una duración mínima de seis semanas o más mejora significativamente la salud psicológica y cognitiva de quien lo practica. Se analizaron 27 estudios con un total de 1.392 participantes y los resultados apuntan a que el baile mostró una posible superioridad frente al ejercicio físico en la mejora de la motivación y en la constancia a la hora de practicar. Se observaron tasas de retención más altas en las intervenciones de baile en comparación con otras actividades físicas. “La adherencia es muy importante porque asegura beneficios de salud a largo plazo y a la vez es el mayor reto a la hora de hacer ejercicio”, destaca la doctora Fong Yan.Más información“Si bien el ejercicio produce mejoras en la cognición en general, el baile resultó con mayores efectos —en la mejora de la función cognitiva y la reducción del estrés y la angustia— que el ejercicio de resistencia, de fuerza o mixto. Además de que se ha demostrado que hacer ejercicio en un entorno grupal tiene beneficios extra para la salud mental, en comparación con hacer ejercicio solo”, puede leerse en el trabajo. “El baile es una herramienta valiosa para combatir la depresión, que en la actualidad está considerada una pandemia junto con el sedentarismo”, coincide Alicia Leal Álvarez, profesora de Educación Física en Madrid y ajena a este estudio.La clave está en el disfruteEntre las conclusiones a las que llegó el equipo de investigadores australianos se extrae que el baile contribuye al bienestar emocional, reduce la depresión y mejora algunos aspectos de la memoria. “El contacto visual y realizarlo en grupo, sumado a la expresión creativa, contribuye a mejorar los síntomas”, agrega la doctora Fong Yan, quien en su análisis incide en una de las claves: “El disfrute de la actividad es crucial para el compromiso sostenido y la obtención de beneficios psicológicos”, explica el trabajo. Coincide en ello Ana Belén López-Rodríguez, coordinadora de investigación del Servicio de Neurología del Hospital de la Princesa (Madrid): “Si hay disfrute, va a haber un beneficio porque permite comprometerte con la actividad: tienes motivación, enganche y eso te hace ir físicamente a las clases”. Esta neurocientífica española, que tampoco ha participado en el estudio, alaba el metaanálisis porque confirma con datos lo que se sospechaba con ideas, aunque todavía queda mucho por investigar. Además de ser neurocientífica, López-Rodríguez es bailaora de flamenco y tiene una cuenta de divulgación científica llamada Matrioska Leré donde mezcla la ciencia, el baile y la relación entre ambos. “Hay numerosos estudios que apuntan a que el movimiento de la danza nos ayuda a liberar muchas moléculas, una de ellas, en concreto, es el factor neurotrófico derivado del cerebro — el BDNF― que permite que se establezcan nuevas conexiones neuronales, nuevas sinapsis que van a favorecer que haya reserva cognitiva“, dice la especialista.Ana Belén López sostiene la reproducción de un cerebro humano junto a un mantón y unas castañuelas.Jaime VillanuevaEn cambio, López-Rodríguez señala que no está de acuerdo con los autores del análisis en enfrentar la danza y el ejercicio. Para ella, la combinación de ambos es la apuesta ganadora para mejorar la salud, aunque destaca algunos beneficios adicionales que puede tener el baile en nuestro cuerpo. “En un estudio reciente se comparó el ejercicio con la danza a nivel físico, pero en el caso de la danza eran mucho más evidentes los beneficios cognitivos porque empleamos varias áreas de nuestro cerebro. Utilizamos la memoria para aprender una coreografía, somos más conscientes de nuestro cuerpo, trabajamos el equilibrio, las zonas motoras, las zonas de coordinación, la orientación espacial y si bailamos frente a un espejo, nos ayuda a corregir la postura”, explica. Además, la doctora López-Rodríguez apunta que “disfrutar del baile podría ser la herramienta complementaria que contribuya en el tratamiento de la ansiedad o la depresión. Hay un momento en el que el ejercicio o el baile te pueden ayudar a dejar de darle vueltas a ese pensamiento rumiante o repetitivo”. ¿Qué pasa en el cerebro cuando bailamos?Bailar libera endorfinas, las conocidas como hormonas de la felicidad, que contribuyen a reducir los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo, pero no solo eso: “Cuando bailamos, en nuestro cerebro se produce una especie de caldo de cultivo, en el que se van a potenciar las moléculas que nos hacen sentir bien y se van a reducir aquellas que nos producen emociones desagradables, siempre y cuando estemos disfrutando la actividad”, explica la neurocientífica. Ese caldo de cultivo favorece el crecimiento neuronal, la relajación, la empatía, las emociones agradables, la socialización, la pertenencia, la comunicación y, por otro lado, reduce los pensamientos rumiantes, el estrés, el cortisol… “nos sirve para compensarnos, para lograr la homeostasis, punto de equilibrio que nos genera bienestar”, dice López-Rodríguez.La revisión de estudios encabezada por la Universidad de Sídney destaca la necesidad de seguir investigando los beneficios de la danza para la salud física y mental. “La futura investigación sobre la danza para la salud debería explorar una variedad de poblaciones. En los adultos mayores hay más investigaciones sobre los beneficios cognitivos de la danza, mientras que las investigaciones sobre la salud mental están más enfocadas en las poblaciones más jóvenes. Investigar el efecto de la danza en diferentes poblaciones clínicas ampliará el conjunto de literatura”, explica la doctora Fong Yan, que insiste en la importancia de construir evidencia científica a través de la exploración de diferentes tipos de baile, géneros musicales y segmentos de edad en la población. La investigadora explica que los nuevos hallazgos podrían ayudar a descubrir si hay algún género más beneficioso para ciertos aspectos de la salud física o psicológica, como el tango o la salsa. “Todos los estudios de danza para la salud deberían registrar los detalles de sus intervenciones para asegurar que puedan compararse con programas de ejercicio en términos de elementos de fuerza y equilibrio, desafío cognitivo y creativo, y la intensidad cardiorrespiratoria de cada sesión”, declara la doctora Fong Yan. Ana Belén López-Rodríguez va más allá y sugiere la posibilidad de recetar danza desde la consulta, algo que existe en otros países, pero no en España. Y pensando en el uso de ritmos latinoamericanos en las clases de zumba, sugiere con una sonrisa: “¿Por qué no crear un flamenco fit o un ballet crossfit si descubrimos que funciona?“.

Bailar para no olvidar: moverse al ritmo de la música mejora la salud mental y cognitiva | Salud y bienestar
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