La condena a cinco años y ocho meses de prisión contra Sneyder Pinilla, uno de los cerebros detrás del desfalco en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), volvió a encender el debate: ¿es justo que los corruptos de cuello blanco obtengan beneficios judiciales a cambio de delatar a otros? Pinilla, exsubdirector de la Ungrd, fue sentenciado por los delitos de concierto para delinquir agravado y peculado por apropiación. Según la Fiscalía, el exfuncionario, junto al exdirector Olmedo López, desvió al menos $ 100.000 millones de en una operación que incluyó el alquiler de carrotanques con sobrecostos, cuyo dinero terminó, al parecer, en sobornos a congresistas para facilitar proyectos del gobierno Petro.La condena fue fruto de un preacuerdo con la Fiscalía. A cambio de restituir parte del dinero y entregar información clave, Pinilla obtuvo una rebaja del 45% en su pena. Por razones de seguridad, pagará su condena en una guarnición militar. Además, se le asignó una multa de 3.556 salarios mínimos mensuales legales vigentes.Sneyder Pinilla. Foto:Sergio Acero Yate/ El TiempoPara el abogado Fabio Humar, ser eficiente y dar un ejemplo van de la mano cuando se trata de investigar y exponer casos de corrupción que afectan los recursos públicos.“Esa falta de delación es lo que ha impedido que avancen las grandes investigaciones por hechos de corrupción. Los beneficios se deben dar para llegar a lo más alto de este entramado”, dijo.Para el abogado Andrés Felipe Caballero, este tipo de negociaciones son la esencia del sistema acusatorio: se evitan procesos largos e inciertos, se recuperan dineros y, lo más importante, se logra escalar en las cadenas de responsabilidad. “Se logra eficiencia, colaboración y efectividad”, dijo Caballero.Sneyder Pinilla en la audiencia de medida de aseguramiento por el caso de la UNGRd. Foto 7/08/2024 Foto:FiscalíaDesde la Corporación Excelencia en la Justicia, su director Hernando Herrera respalda esta visión: “Aunque sean discutibles, estas figuras permiten acelerar los procesos, reducir la impunidad y nutrir el sistema con información que, de otra forma, no se obtendría”.Sin embargo, en el otro extremo, están quienes consideran que estas penas no se corresponden con el impacto real de los delitos. El mensaje, temen, es que se puede robar miles de millones y, con una “buena colaboración”, reducir el castigo a un mínimo aceptable.El caso Pinilla se vuelve aún más relevante en la medida en que es apenas una de las primeras seis condenas derivadas del escándalo de corrupción en la Unidad, todas bajo la figura del preacuerdo.Según expertos consultados, la justicia ahora tiene el reto de demostrar que esta estrategia es algo más que una negociación, pues debe demostrar resultados, identificar a los autores intelectuales y recuperar los recursos perdidos.Juan Diego TorresDielas@eltiempo.comMás noticias:

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