“Se murió de repente, sin decir nada. Cuando llegó el otoño, noté cómo una hoja tras otra comenzaba a palidecer. Primero me percaté de que cada una se aclaraba a un tono verdoso amarillento, y, pocos días después, nada de verde quedaba ya, volviéndose amarillas por completo. A continuación, el color marrón se apoderó de todas las hojas. Y mira ahora, no queda nada de ellas, solo la tierra vacía. La echo de menos”. Este podría ser el lamento imaginario de una persona amante de la jardinería que se inicia en ella.La situación sería la aparente pérdida de una planta. Y esa planta podría ser una hermosa (Hosta cv.). Este género engloba a una miríada de cultivares, cada cual con un patrón de hoja diferente, con texturas variadas, pero con hojas herbáceas que suelen morir y desaparecer cuando llega el frío. Esta es una táctica habitual entre muchas plantas herbáceas, que se refugian del frío en sus yemas subterráneas o a ras de tierra. Por lo tanto, prefieren rebrotar desde esos órganos y producir hojas y tallos nuevos cuando se aproxima la primavera y dejan atrás el invierno. Así que no mueren, solo es una adaptación más ante el clima adverso.Más informaciónPero, para aclarar conceptos, ¿qué es una planta herbácea? Esta se podría definir de manera sencilla, e incompleta, atendiendo a la consistencia general de la planta y de sus tallos ­—si los hubiera—­­. En una planta herbácea su consistencia no es tan fuerte como en una planta leñosa, cuyos tejidos se cargan en cantidad de una sustancia, la lignina, que proporciona dureza a las paredes celulares de estas plantas. Gracias a la lignina existe la madera, material vegetal que es capaz de soportar toneladas de peso y de vencer al tiempo por los siglos de los siglos. Es cierto que hay muchas plantas herbáceas que endurecen sus tejidos, pero no hasta el extremo de las plantas leñosas. De todas formas, todo esto son generalidades, y en la botánica suele haber excepciones a las reglas.El clavel es una herbácea perenne porque conserva sus tallos y hojas de año en año y florece en cada uno de ellos.Jose A. Bernat Bacete (Getty Images)Una planta herbácea es un clavel (Dianthus caryophyllus) de toda la vida, y aunque las matas de claveles viejas pueden adquirir consistencia y dureza, no suelen serlo tanto como un arbusto de rosal (Rosa cv.), por ejemplo, una planta leñosa que convertirá en madera sus tiernos brotes primaverales.Este tipo de plantas herbáceas que ocupan estas líneas son aquellas que viven más de dos años, y que florecen en cada uno de ellos. Si vivieran menos de dos años se podrían clasificar como plantas anuales o bienales, pero ese es otro tema. En las herbáceas más longevas se podrían diferenciar dos estrategias de crecimiento distintas. La primera estrategia es la de aquellas especies que, cuando llega el frío, pierden toda su parte aérea, como la mencionada hosta. A ellas se las denomina plantas vivaces. La segunda estrategia es la de aquellas que siempre tienen tallos y hojas visibles, venga o no el invierno con su frío. A estas se las nombra como herbáceas perennes. Dentro de estas últimas estaría el clavel.Este hilotelefio se comporta como una planta vivaz, al perder su parte aérea todos los años para volver a brotar desde la base (como justo ocurre en esta imagen).imageBROKER/AnnaReinert (Getty Images/imageBROKER RF)La belleza del rebrote de las plantas vivaces es muy llamativa en estas semanas, donde de forma constante y rápida rehacen su parte aérea, cuál ave fénix. De la aparente nada, después de estar varios meses incluso sin que se viera rastro de vida, nuevas yemas se hinchan y brotan. Hojas y tallos se aprestan a recibir el baño de luz que les hará crecer más veloces. Pero esta renovación también se aprecia en las herbáceas perennes. Ellas activan yemas basales, más cerca de la tierra, que mantienen la vitalidad adolescente de la planta. Estas invierten su energía tanto en las partes más viejas de otros años como en nuevos tejidos frescos y juveniles. Así, el clavel hará crecer sus tallos viejos a la par que activa yemas desde la base. Estas últimas aseguran que la planta siempre tenga una parte más fuerte, ya que las más añejas son más propensas a perder vigor.Varias plantas de hosta amarillean y amarronan antes de perder toda la parte aérea en invierno por el frío.By Eve Livesey (Getty Images)Como se ha apuntado ya, un rasgo común tanto a las plantas vivaces como a las herbáceas perennes es que florecen en cada periodo vegetativo, ya sea en la primavera, en el verano o en el otoño. Cada especie tendrá su momento, marcado por la climatología y su genética. Pero la mejor manera de aprender de ellas es hacerse con alguna planta vivaz y con alguna herbácea perenne, llevarlas a la terraza y desayunar enfrente de ellas para que nos enseñen cómo se hace eso de renovarse o morir, el precioso lema de todas estas hermosas herbáceas.

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