Reformador y revolucionario para unos. Demasiado continuista y comedido para otros. A lo largo de sus 12 años de pontificado, Francisco ha sido descrito como un “hereje, populista” que venía a poner todo patas arriba, por parte de los sectores eclesiásticos más conservadores. A la vez, las voces más progresistas se han referido a su mandato como una decepción, una oportunidad perdida debido a su falta de avances reales. Una dualidad que se replica en su aproximación hacia las personas LGTBI+.“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas. Hay que integrarlas en la sociedad”. Esta idea, expresada por Francisco en 2013, al inicio de su papado, parecía que anunciaba un avance en el reconocimiento de las personas LGTBI+ en el seno de la Iglesia. “Ha sido un pontificado muy positivo: ha dignificado a las personas LGTBI+, nos ha humanizado”, resume Raúl Peña, portavoz de la organización española de cristianos LGTBI+ Crismhom. Peña, creyente y gay, considera que hasta la llegada de Bergoglio al Vaticano el colectivo estaba excluido, además de culpabilizado. “Ya no, ahora somos uno más en la Iglesia”, agrega.Durante su pontificado, Francisco ha realizado dos declaraciones papales relativas al colectivo. En una de ellas, especificaba que las personas trans podían ser bautizadas, habilitándolas también para ejercer como madrina o padrino en otros actos (bautismos, comuniones, matrimonios). Toda una revolución en la Iglesia, aunque con matices: ese bautismo puede realizarse “si no existe riesgo de generar escándalo público o desorientación entre los fieles”. “Se trata de una bendición discrecional”, lamenta Gema Segoviano, co-coordinadora del Grupo de Fe y Espiritualidad de la Federación Estatal LGTBI+ (Felgtbi+), “y se remarca que no se le debe dar mucha publicidad por el escándalo”. “Para escándalo, el de la pederastia”, lanza Segoviano, que critica que se deje en manos de los párrocos ―y sus visiones personales― la decisión de otorgar el primer sacramento. “No ha aprovechado su papado para cambiar la doctrina”, agrega.En general, Francisco ha realizado pocos cambios doctrinales ―dogmas, principios teológicos, morales y prácticas rituales―, más bien ha fomentado nuevas aproximaciones, también con respecto a las personas LGTBI+. “Vemos continuamente cómo se aparta a personas LGTBI+ de sus tareas en iglesias o cofradías en cuanto se hacen visibles, como por ejemplo cuando se sabe que están casados”, incide Segoviano. Para ella, durante este pontificado solamente se han “abierto las ventanas para airear”, pero no para una verdadera acción transformadora: “El Papa ha intentado actuar como puente para que muchas personas pudieran ser escuchadas”.“La conmoción por la muerte del Papa no puede hacernos olvidar que se opuso a muchas conquistas sociales”, resume la periodista argentina Leila Guerriero en una opinión publicada en EL PAÍS. Una de ellas, el matrimonio igualitario. En otra declaración papal, que soliviantó a los sectores más conservadores, el argentino dio su visto bueno a bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. No así a los casamientos entre personas del mismo sexo. En 2010, cuando se aprobó la norma en Argentina y él ejercía de arzobispo de Buenos Aires ―fue nombrado por el ultraconservador Juan Pablo II―, Bergoglio comparó la norma con una “pretensión destructiva al plan de Dios”. Más recientemente, en 2021 y ya como Papa, afirmó que “el matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar”. Y matizó de nuevo: “Pero hay leyes [como la de matrimonio igualitario] que intentan ayudar a tanta gente de orientación sexual diferente. Esto es importante”.Garantizar el derecho a la espiritualidadBergoglio organizó un sínodo para hablar de fomentar una mayor inclusión en la Iglesia de las mujeres y de las personas LGTBI+. Además, durante su ejercicio se reunió varias veces con representantes del colectivo, recibió por primera vez a una persona trans en el Vaticano (el español Diego Neira) y, durante la pandemia, estableció relaciones con un grupo de mujeres trans y migrantes que se prostituían en las calles de Roma, y a las que posteriormente siguió viendo. “El mayor temor es que nunca se sabe cómo serán las cosas en el futuro, que si él deja de liderar la Iglesia, pueda haber un retroceso”, decía una de ellas, Garnica, de 47 años, en declaraciones a AP, poco antes de su muerte. En esos días, ella, junto a otras compañeras, como Laura Esquivel, rezaba por la salud de Francisco.Franscisco conversa con Laura Esquivel, mujer trans nacida en Paraguay que se prostituía en Roma, el 27 de marzo de 2024. Era la tercera vez que se veían. The Washington Post (The Washington Post via Getty Images)El 2025 es un año jubilar (o santo) y Francisco había organizado una jornada para personas LGTBI+ en septiembre. Muchos creyentes del colectivo abrazaron la propuesta y se organizaron para peregrinar al Vaticano. La sevillana Victoria Rodríguez es una de ellas. “Ahora, con su muerte, todo queda un poco en el aire, aunque espero que se mantenga”, cuenta esta mujer trans de 44 años. “También, que el nuevo Papa siga la línea actual no solo por las personas LGTBI+, sino por la propia Iglesia: nosotras también estamos incluidas en el camino de Jesús. Ese es el verdadero espíritu cristiano”, agrega. Rodríguez retoma una idea promulgada por Bergoglio en 2018, cuando le dijo a un hombre gay: “Dios te hizo así y te ama”.“Creo que el Papa Francisco era un aliado LGTBI+ mucho más potente de lo que aparecía en público”, afirma el periodista John Casey en una columna escrita en The Advocate, medio estadounidense de referencia del colectivo que comenzó a publicarse en 1967. “Por primera vez en mi vida, sentí que un Papa me amaba, me comprendía y, lo más importante, me veía y me aceptaba”, continúa su texto. De hecho, en 2013 (tras la frase del Papa: “¿Quién soy yo para juzgar?”), la publicación consideró a Francisco persona del año: “[Sus palabras] Fueron muy poderosas”, afirma Casey.Desde Crismhom también consideran que “Francisco ha dejado una huella imborrable en la historia de la Iglesia, particularmente en lo que respecta al acercamiento hacia nuestro colectivo LGTBI+”. “Con gestos valientes y palabras llenas de humanidad, supo abrir espacios de diálogo y tender puentes donde durante siglos solo hubo silencio, distancia o rechazo”, resumen en un comunicado. A pesar de ello, remarcan que “aún quedan muchos pasos por dar” para una inclusión plena de las personas LGTBI+ en la Iglesia. “Seguimos soñando con una Iglesia donde la diversidad no solo se tolere, sino que se celebre como signo de la presencia multiforme de Dios en la humanidad”.Una idea que comparten en la Felgtbi+ que también lamenta que los gestos de Francisco no se tradujeran en garantizar la igualdad para las personas LGTBI+ en el ámbito religioso: “Se nos sigue señalando como personas no dignas. Confiamos en que su sucesor sea capaz de encontrar caminos para que las personas creyentes del colectivo podamos desarrollar nuestro derecho a la fe y la espiritualidad, no desde los márgenes, sino en unos espacios donde también deberíamos ser bienvenidas y acogidas”.Gestos (y dardos) de Francisco hacia las personas LGTBI+
Francisco fue ungido el 13 de marzo de 2013. Cuatro meses después, el 30 de julio, expresó una idea que marcó su relación con el colectivo: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?”. 
“Dios te hizo así y te ama”. Estas palabras se las dirigió Bergoglio a un hombre homosexual en mayo de 2018. Una idea abrazada por las personas creyentes LGTBI+. En agosto de ese año, el argentino comentó, durante una rueda de prensa, que los padres de hijos homosexuales podrían recurrir a la psiquiatría. Después, desde el Vaticano se eliminó esa frase de su comunicado oficial.  
En noviembre de 2020, el Vaticano confirmó el apoyo del Papa a las protecciones legales para las parejas del mismo sexo.
“Ser homosexual no es un delito”, afirmó el argentino el 24 de enero de 2023, durante una entrevista con AP. Cuatro días después, matizó que aunque no fuera un delito, sí que era pecado. “Me referí a la enseñanza de la moral católica, que dice que todo acto sexual fuera del matrimonio es pecado”, aclaró el Pontífice.
Durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ, un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa) de 2023, en Lisboa, Bergoglio se dirigió a medio millón de jóvenes coreando: “Todos, todos, todos… en la Iglesia hay espacio para todos”. Se convirtió en otro emblema para los creyentes del colectivo. En octubre de ese año, en una declaración papal, dio su aprobación a que las personas trans puedan recibir el bautismo y ejercer como madrinas o padrinos en sacramentos eclesiásticos.
Las bendiciones a las uniones de parejas homosexuales se anunciaron el 19 de diciembre de 2023, dejando claro que en ningún caso se podrían asemejar al matrimonio.
En marzo de 2024, Francisco declaró las operaciones de reasignación como una violación grave de la dignidad humana, una práctica contraria al plan de Dios, como el aborto y la eutanasia.
“Mariconerío en el seminario”. En mayo del año pasado, el Papa, en una reunión privada con obispos italianos, dijo esta frase para reafirmar la prohibición de la Iglesia a que hubiera sacerdotes homosexuales. Después, se disculpó.

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