Un agente de Policía que había llegado en la tarde de este lunes hasta la céntrica sede madrileña del Senado tras un largo caminar desde la zona de Herrera Oria narra una escena que le había llamado la atención en medio del “caos” en la capital de España por el apagón generalizado. “Había una chica joven sentada en un banco sosteniendo un transistor a pilas, junto a una señora mayor a la que probablemente cuidaba. Las dos se estaban informando con la radio sobre la crisis. Y todos los coches que me he cruzado por el camino llevaban la radio dando información a todo volumen”. Como sucedió durante la catástrofe de la dana hace seis meses en la Comunidad Valenciana o en la noche del Golpe de Estado del 23-F de 1981, el medio radiofónico mantiene su capacidad de transmitir información esencial cuando el resto de las comunicaciones fallan. Así es como miles de ciudadanos han conocido el “cero energético” de este mediodía y su evolución durante la jornada. Y así es como muchos han escuchado también la declaración institucional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, poco después de las seis de la tarde y en la que no han quedado aclaradas las causas de formidable suceso. “Todavía no tenemos información concluyente sobre los motivos de este corte”, ha transmitido el presidente. “Pido a los ciudadanos que se informen por los canales oficiales. No descartamos ninguna hipótesis”. Sánchez ha añadido que “no hay problemas de seguridad y los servicios hospitalarios están funcionando y cuentan con autonomía”. Y ha añadido que no hay incidencias en el tráfico portuario, mientras que el aéreo ha quedado reducido un 20% y el ferroviario detenido por motivos de seguridad. La voz del presidente por las ondas hertzianas ha concluido: “Sigamos únicamente información oficial. Sabemos que estas crisis son propicias para la propagación de bulos y desinformación que lo que hacen es polarizar y causar desasosiego entre la ciudadanía”. La radio comercial, junto a la pública, desarrolla mediante el espacio radioeléctrico español un servicio público esencial y gratuito, escuchado cada mes por más de 32 millones de oyentes. La última ola del Estudio General de Medios (EGM), publicada hace unos días y donde queda patente el liderazgo de la SER (cadena de Prisa Media, editor de EL PAÍS), ha reflejado que el consumo diario de radio en España cuenta con más de 24 millones de oyentes diarios. Y muchos de ellos en distintos puntos de España han salido en busca de transistores, forma más directa de conseguir información durante las primeras horas tras el inicio del apagón con las programaciones especiales que han modificado sobre la marcha las principales emisoras del país. Una enfermera paseaba por la calle del Mar de Badalona con un pequeño aparato de radio y tuvo que detenerse porque a su alrededor se congregaba un creciente número de personas en busca de noticias. Uno de los bazares regentados por ciudadanos chinos de la calle del Mar permanecía abierto y en apenas una hora calculaban haber vendido todas las radios disponibles (algunas no funcionaban de entrada) con sus pilas respectivas. “Faltan diez céntimos”, replicaba una empleada a una clienta que ya se llevaba su aparato sin haber abonado todo el importe. Volaban pilas, linternas y velas de las estanterías del bazar, mientras una mujer se preguntaba qué habrá sido de su hijo, de excursión en el parque de atracciones de Port Aventura, informa Jesús García. A Juan Carlos León, 49 años, le ha pillado el apagón a las puertas de la estación de Sants de Barcelona, donde estaba decidido, como cada día, a tomar un tren hacia Badalona. Cuando le han dicho que iba a ser imposible porque era un caos y convencido de lo que se avecinaba, ha entrado en un bazar para comprar un kit de supervivencia. “He cogido una radio a batería, unos auriculares, pilas y dos velas”, decía aún con los billetes del cambio en la mano, informa Dani Cordero. En una bocacalle de Alcalá, la calle más larga de Madrid, un vecino había abierto las puertas de su coche y puso la radio a todo volumen para que los viandantes pudieran escuchar las noticias. A su alrededor, la gente caminaba alternando el paso con miradas furtivas a unos móviles que a la altura del distrito de Ciudad Lineal no recibían señal, informa José Manuel Abad Liñán. En el Barrio de San Blas de Alicante, junto a la estación de tren, el propietario de la tienda Lo Retro Mola sacó un radiocasete a pilas para que los vecinos se informaran. “La compré hace poco para ponerla a la venta”, decía Israel Albert. “En cuanto se ha ido la luz la he sacado a la calle y tenía a todo el mundo arremolinado. Es la única manera de informarse de todo”, informa Rafa Burgos.

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