La urna en la que reposaron las cenizas del periodista y crítico teatral Joan de Sagarra, fallecido el pasado 9 de mayo a los 87 años, ha ido a parar a los Encantes, el Mercat dels Encants, el marché aux puces de Barcelona como gustaría denominarlo el francófono cronista. El citado recipiente, vacío pues las cenizas fueron arrojadas por la familia cerca de Espot este verano, recaló en el mercadillo al llevárselo por error junto a unos muebles viejos sin valor una brigada de trabajadores durante el vaciado del piso en que vivía Sagarra, según fuentes cercanas a la familia. Más informaciónLa urna la ha adquirido un anticuario, Albert Velasco, que tiene la intención de devolverla. El objeto es una caja rectangular identificada debajo con una etiqueta con el nombre de “Joan de Sagarra Devesa” y la fecha del deceso, y con el sello de Cementerios de Barcelona. La urna se encontraba en una zona del piso con objetos personales. La nieta del cronista, Agomar, que fue la encargada de lanzar las cenizas, ha guardado los muebles más valiosos y sobre todo los papeles de Joan de Sagarra, entre los que se encuentran poemas muy bonitos de su madre, Mercè Devesa, y cosas también de su padre, Josep Maria de Sagarra. Todo se conserva a buen recaudo, según fuentes de la familia que deploran la confusión, “un lamentable accidente”, que ha llevado la urna a los Encantes, algo que seguramente a Joan de Sagarra hasta le hubiera hecho gracia y le hubiera dado material para una de sus insuperables crónicas.

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