Las mejoras en seguridad vial han provocado que las lesiones medulares infantiles vinculadas a accidentes de tráfico se desplomen. En concreto, según un análisis del Institut Guttmann de Badalona, un hospital especializado en neurorehabilitación, estos cuadros traumáticos relacionados con siniestros en la carretera han descendido un 81% en las últimas dos décadas. En la línea de otras investigaciones que ya señalaban un cambio de paradigma también en los casos de adultos, los resultados de este nuevo estudio apuntalan un giro en los motivos más frecuentes que se esconden tras una lesión medular en los niños. Los datos de este centro revelan que los accidentes ya no son la primera causa: ahora es más probable encontrarse con un cuadro de estas características asociado a una causa médica, como un tumor o un problema vascular.Dice Claudia Teixidó, médica rehabilitadora de Guttmann y autora de esta investigación, que lo que demuestran los resultados de su estudio es que “los esfuerzos en seguridad vial han tenido su impacto”. Desde la concienciación sobre el uso del cinturón de seguridad hasta las limitaciones en el consumo de alcohol o la incorporación de sillas infantiles para acomodar a los menores. “Entre la mayor sensibilidad con el uso de cinturones, por ejemplo, y que los coches ahora están más preparados con mejores sistemas de seguridad, la tendencia es que las lesiones medulares por esta causa vayan a menos”. Según su análisis, los siniestros en la carretera han pasado de ser la primera causa de lesión medular en 2003 (43,4%) a ser la quinta (8,3%) en 2023.Más informaciónSi la médula espinal es ese conducto fundamental que comunica el cerebro con el resto del cuerpo, en el paraguas de lesión medular se aglutina cualquier daño a esa columna de tejido nervioso que ocasione una alteración en la fuerza o en la sensibilidad del cuerpo. Teixidó matiza, eso sí, que una lesión medular no implica necesariamente no volver a caminar. De hecho, hay personas con la médula espinal dañada que pueden andar, dice. O que pueden recuperarse del daño medular. Todo depende del tipo de lesión y de su gravedad. “Los casos más graves no se van a revertir con rehabilitación. La probabilidad de que eso cambie es muy baja. En cambio, hay lesiones incompletas [situaciones donde, a pensar del daño, cierta información nerviosa logra viajar más abajo de donde se produjo la lesión en la médula] en las que hay una ventana de mejora”, cuenta.La investigación de Guttman, que analizó 178 casos de menores entre 2003 y 2023, cristaliza un cambio de paradigma en el origen de las lesiones medulares infantiles: después de décadas de predominio de motivos traumáticos y potencialmente evitables (accidentes o caídas, por ejemplo), empiezan a pesar más los daños medulares vinculados a causas médicas, como el cáncer o los problemas vasculares. Así, si en la primera década de este siglo, los siniestros de tráfico eran el motivo más frecuente (43,4% de los casos) y las zambullidas y los tumores compartían el segundo puesto en cuanto a frecuencia (7,9% respectivamente), ahora los cuadros oncológicos están detrás de una de cada cinco lesiones medulares en menores. Y después de esta causa están motivos vasculares (12,5%).Teixidó contextualiza que estas situaciones, si bien son muy poco frecuentes, no tienen mucho margen de prevención. No se pueden evitar. Se trata de daños provocados por un tumor que crece en la misma médula espinal y la lesiona; por un cáncer en los huesos cercanos que, de rebote, la acaba dañando; o por efectos adversos de algún tratamiento para tratar los cuadros oncológicos. También puede ocurrir que el crío tenga una malformación vascular y en un momento dado, de repente y de forma brusca, sin avisar, la sangre deje de llegar a la médula y se lesione esa zona. “Como no se pueden evitar estos cuadros, lo que podemos hacer es centrarnos en detectarlos cuanto antes para evitar que el daño se haga más grave”, expone la médica, que es especialista en neurorehabilitación infantil.Más caídas que accidentesSegún su estudio, los accidentes de tráfico no solo han dejado de ser la causa primordial de las lesiones medulares infantiles, sino que también han dejado de ser el primer motivo dentro de las explicaciones traumáticas. Las lesiones por caídas (10,4%) son ahora más frecuentes que por siniestros en la carretera (8,3%), según el estudio de Teixidó. Una conclusión, por cierto, que ya avanzaba otro estudio del mismo hospital el año pasado: en ese artículo, que analizaba datos de población infantil del hospital desde los años ochenta hasta 2022, remachaba que los accidentes de tráfico fueron la causa principal en todo el período, pero a partir de 2016, se situaron por detrás de las caídas y las lesiones deportivas.Ese descenso de los daños medulares por accidentes de tráfico es un patrón que también se repite en adultos, según apunta otro estudio del centro: en ese caso, centrado en las lesiones medulares por causas traumáticas, los casos vinculados a los accidentes de tráfico pasaron de ser el 62% en la década de los ochenta a ser el 37,5% en los últimos 10 años. Un estudio basado en datos de adultos en Escocia recogía también que, aunque los accidentes de tráfico son la principal causa traumática de lesión medular en todo el mundo, en su territorio ya estaban por debajo de las caídas. Y achacaban este fenómeno a un incremento de estos sucesos entre los ancianos y también “un mayor uso de cinturones de seguridad o hábitos de conducción más seguros y condiciones de la carretera”. Una tendencia similar también se apreció en estudios en otras partes de Europa, como Noruega y Estonia.Alerta con las zambullidasTeixidó enfatiza, con todo, que donde conviene no bajar la guardia es en otra de esas causas traumáticas que pueden ocasionar lesiones medulares muy graves: las zambullidas. Según su investigación, actualmente, estas prácticas son las causantes del 6,3% de los daños medulares. Y ahí sí que se puede apelar a las medidas de prevención: “Cada año hay algún caso y da rabia porque estas sí que son totalmente evitables. No hay que tirarse de cabeza en aguas de las que no sabemos su profundidad porque las consecuencias pueden ser muy graves”, abunda. Se refiere a que las lesiones que se producen por esta causa acostumbran a ser a nivel cervical, una zona muy vinculada también a la funcionalidad del aparato respiratorio, por lo que los pacientes pueden terminar necesitando ventilación mecánica para respirar.Otro punto de alerta para la médica son los accidentes deportivos, como aquellos que se producen haciendo esquí, yendo en bicicleta o practicando motocross, por ejemplo. Este tipo de sucesos provocan más de un 8% de las lesiones medulares infantiles, según sus cálculos.

Shares: