Philip Kitcher, titular emérito de la cátedra John Dewey de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) ha sido reconocido con el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Humanidades por sus aportes en la filosofía de la ciencia, en específico, de la biología y la investigación genética. En la XVII edición de este premio de la Fundación BBVA, el jurado ha elegido al filósofo británico entre 28 nominados por desarrollar un “proyecto intelectual de síntesis” durante 40 años, cuyo propósito es integrar el conocimiento disperso de todas las disciplinas científicas y humanistas, uniendo temas aparentemente desconectados que permitan mejorar el mundo.“Los filósofos tienen que pensar constantemente en los problemas que encuentran”, señaló a través de una videollamada, en una rueda de prensa celebrada este martes en Madrid. Aunque las primeras investigaciones de Kitcher se centraron en la historia y las matemáticas, luego se decantó por la biología y pasó un año formándose entre la Universidad de Harvard y el Museo de Zoología Comparada en los inicios de su carrera.Más informaciónMás adelante, la inquietud intelectual de Kitcher le llevó a interrelacionar la filosofía de la ciencia con la ética, la política, la educación, la literatura y las artes. El trabajo de Kitcher ha influido en áreas que van desde la ciencia, la educación, los orígenes de la ética e incluso la filosofía de las matemáticas, pasando por el papel de la ciencia en las sociedades democráticas. Su libro El avance de la ciencia (1993) se considera una obra pionera que defiende la importancia de la racionalidad en la investigación.Para él, la actividad científica no solo es cuestión de los investigadores o de exclusivamente intereses económicos de las instituciones, sino que también se trata de un proceso de deliberación racional pública entre ciudadanos informados que buscan un bien común.“Gran parte de mi trabajo se trata de defender la ciencia y me horroriza ver que los científicos siendo criticados y distorsionados”, señaló en relación con el contexto actual que la ciencia está viviendo Estados Unidos.“Tengo que confesar mi pena por mi país de adopción por el régimen de Trump. Esta es la consecuencia de tener un montón de seguidores que han cambiado la forma de hacer política”, añadió el autor de The Lives to Come (1996), que analizó las implicaciones éticas del Proyecto Genoma Humano en un informe para Biblioteca del Congreso estadounidense.El acta del jurado también destaca los trabajos del científico sobre el cambio climático. Kitcher considera fundamental abordar los principales problemas del desafío climático y sostiene que sin una profunda cooperación —en este caso entre países— ese desafío climático no tiene fácil solución. “Hay una gran incertidumbre entre los científicos climáticos, lo que podría tener un resultado político catastrófico”, añadió en la instancia.En la anterior edición del galardón, el premio fue otorgado al ensayista Steven Pinker, titular de la Cátedra Johnstone Family en la Universidad de Harvard (EE UU) y al pensador australiano Peter Singer, titular de la Cátedra Ira W. De Camp de Bioética en la Universidad de Princeton (EE UU), por sus investigaciones académicas en el ámbito de la racionalidad y el progreso moral que han logrado un alto impacto.

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