Después de una ruptura, ya sea sentimental, de amistad o de cualquier otra índole, la resaca emocional todavía se mantiene en la cabeza de muchas personas. En la actualidad, ya no es solo que uno todavía deba (o no) mantener una relación cara a cara, por vivir cerca, o por trabajo, entre otras cosas. También juegan un papel esencial las redes sociales, un mundo virtual en el que se exponen vivencias de la realidad y en el que puede resultar más fácil el hecho de borrar la presencia de otra persona. Silenciar en redes sociales no es un movimiento definitivo ni tan brusco como lo es bloquear o dejar de seguir, sin embargo, ya da tintes de querer cambiar la relación de algún modo, y de tratar de tomar la iniciativa y el poder de decisión.“Hay un concepto que se utiliza bastante, no tanto en las relaciones interpersonales, que es la evitación selectiva. Es el hecho de protegerte de cierto contenido, evitar que te aparezca en redes sociales, para que así no te afecte negativamente a tu estado de ánimo”, explica Clara Virós, investigadora en la Universidad Pompeu-Fabra. “Otra razón son las motivaciones a nivel emocional que pueden llevar a consumir las redes sociales. Entre los estudios que se han hecho ya, uno de los motivos principales por los se acude a las redes sociales, aparte del aburrimiento, es para evadirse de malestar emocional y de emociones negativas”, añade.Más informaciónEn las relaciones sentimentales, el silenciar a alguien juega un papel importante porque se produce un cambio muy fuerte: se pasa de romper un lazo sólido que se mantenía día a día a una relación nula o casi nula. En el caso de las redes sociales, se manifiesta, por ejemplo, pasando de tener publicaciones de fotos con esa pareja o subir historias con ella a no hacerlo. Además, si no ha habido un bloqueo o se deja de seguir, la información que publica la otra persona continúa apareciendo en el contenido que se ve. Las rupturas sentimentales se manifiestan en redes sociales pasando de tener publicaciones de fotos con esa pareja o subir historias con ella a no hacerlo.Carlos Barquero (Getty Images)“Decidí silenciar después de una relación que no acabó bien, sobre todo por parte de conductas de la otra persona que no me hacían sentir bien ni valorada. Al poco de dejarlo, él proyectaba una vida perfecta“, comienza a explicar Beatriz, de 26 años. ”Cuando estás en el otro lado, o cuando ves eso de una persona con la que lo acabas de dejar, te cuestionas mucho si ya se ha olvidado de ti y al final es todo un poco un tira y afloja que tú mismo haces también, que creo que es más nocivo. Sentía que le seguía dando importancia a algo que ya había dejado atrás. Para seguir adelante quería dejar de estar pendiente de la vida de esa persona”, desarrolla.“Una de las funcionalidades principales de las redes sociales es aportar esa conexión social, pero tiene la cara B que también es muy fácil romper esa conexión, mucho más que en la vida real o que, por ejemplo, si compartes un contexto de espacio-tiempo con esa persona y no puedes, aunque quieras, romper el contacto del todo”, afirma Virós. Para Beatriz, la opción de silenciar a alguien siempre ha estado allí y ha recurrido a ella cuando lo ha considerado necesario: “Silenciar siempre ha sido una opción fácil. Si decides salir de algo, es porque hay cosas que te están haciendo daño. Creo que no hacerlo, cuando el ver a esa persona te sigue generando dolor, es como clavarte un cuchillo a ti mismo”. Además, incluso en casos más extremos, afirma que a la otra persona ha tenido que eliminarla por completo por seguir buscando, sin pretenderlo, saber más sobre él: “Continuaba entrando a verlo, incluso habiéndole silenciado. Esto era al principio, pero luego pensé que ya no le quería en mi vida. A veces es mejor que ciertas personas no sepan más de tu vida y es lo que hice”.“Una de las funcionalidades principales de las redes sociales es aportar esa conexión, pero tienen la cara B que también es muy fácil romper esa conexión”, explica Clara Virós, investigadora en la Universidad Pompeu-Fabra.Maki Nakamura (Getty Images)Otro método a la hora de cortar la relación con otra persona en el mundo digital es, en lugar de evitar ver lo que comparte, no mostrar al otro las publicaciones de uno mismo. “Silenciar a alguien en redes sociales significa ocultar información de las publicaciones a otras personas, las cuales pueden ignorar que este hecho se ha producido de forma intencionada”, expone Syra Balanzat, psicóloga de El Prado psicólogos. Para ella, las principales emociones relacionadas con esto son el miedo al conflicto, el control, o también que personas más reservadas seleccionen con quienes quieran mantener una conexión constante o no, “por privacidad y protección de miradas y críticas que pueda recibir”, en sus palabras.Tomar el control de lo que uno publica y quién está capacitado para verlo es una manera directa de buscar evitar intromisiones indeseadas en el perfil público digital. Sobre todo, cuando se trata de alguien con quien se ha mantenido una fuerte relación personal. “Tuve una serie de problemas de convivencia con las que eran mis amigas en un piso compartido que derivó en una ruptura de amistad. Decidí silenciarles en redes”, apunta Sonia, de 27 años.Su caso supuso acabar con una relación de años por una falta de acuerdos a la hora de cambiar el número de personas convivientes. “Los tiempos muertos que sueles tener para estar solo en casa, porque tus compañeros no están, no tenía ninguno. Siempre había gente. Al cabo de los meses, decidimos irnos a vivir juntas, pero me di cuenta de que no era la mejor decisión para mí. Como me iba a quedar en el piso sola, empecé a buscar en redes sociales nuevos compañeros. Como todavía convivía con ellas en una situación hostil, les bloqueé las historias para que ellas no vieran que yo estaba subiendo esos anuncios. No quería que hubiera más lío o pelea”.“Los efectos psicológicos que pueden estar relacionados con la persona que silencia probablemente sea de alivio, ya que hay una información que no se quiere compartir y que la otra persona la utilice”, explica Syra Balanzat, psicóloga de El Prado psicólogos.Morsa Images (Getty Images)La experta considera que “los efectos psicológicos que pueden estar relacionados con la persona que silencia probablemente sea de alivio, ya que hay una información que no se quiere compartir”. Añade que se podría considerar una estrategia de ruptura, pero que probablemente no sería una ruptura clara y concisa, porque la relación estaría abocada a la desconexión sin un afrontamiento del problema.Esta explicación coincide con lo que menciona Sonia, puesto que ella considera que silenciarlas fue algo mecánico en un principio y no sintió nada, pero luego ya sí podría considerarlo alivio: “Cuando terminó toda la historia, no las desbloqueé. Eran personas que no me aportaban nada, entonces que ellas vieran lo que hacía o no era algo que no me hacía gracia. Siento tristeza, pero por la amistad que se ha perdido, y alivió al saber que es una forma de mantener el poder de decidir que ellas no vean lo que estoy haciendo y no puedan comentar”.Fue la primera vez que Sonia silenciaba a alguien en su vida: “Me he dado cuenta de que es algo sano. No tiene mucho sentido que si no quieres que estén en tu vida, vayan a estar en tus redes sociales. Que cada uno haga con su vida lo que quiera, y si a la gente le viene bien bloquear y quitarse a esas personas de sus redes sociales, me parece lógico. Creo que se ha criminalizado muchas veces lo de bloquear en redes sociales. Empiezo a pensar que es una forma de aliviar y gestionar el conflicto de cada uno”.Para la psicóloga Syra Balanzat, “las redes sociales nos permiten evitar, ocultar y mentir para evadir responsabilidades y proteger los miedos e inseguridades. Pero no permiten afrontar la comunicación de una forma en la que el emisor, el mensaje y el receptor obtengan la información necesaria para poder resolver rupturas”.praetorianphoto (Getty Images)Al abordar las rupturas de relación, silenciar es una de las maneras que existen, pero no la única. Para Balanzat, “las redes sociales nos permiten evitar, ocultar y mentir para evadir responsabilidades y proteger los miedos e inseguridades. Pero no permiten afrontar la comunicación de una forma en la que el emisor, el mensaje y el receptor obtengan la información necesaria para poder resolver rupturas”. Por consiguiente, la psicóloga recomienda mantener una conversación directa en la que la presencia física pueda mostrar tanto la comunicación verbal como la no verbal, al tener la mayor información posible de lo ocurrido para evitar miedos y culpas innecesarios. Pero si no se puede hacer vía presencial, considera que lo mejor es “escribir de forma clara qué es lo que ha llevado a la ruptura, qué emociones han generado y que aspectos de la otra persona se espera que ocurran a partir de entonces. Dar un margen de interacción y respuesta para resolver dudas y aspectos pendientes y por último realizar un cierre”.

Por qué algunas personas necesitan silenciar en redes sociales tras una ruptura emocional: “No hacerlo es como clavarte un cuchillo a ti mismo” | Estilo de vida
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